¿Ha estado en tu casa el Ratoncito Pérez? ¿Y tu en la suya? A pocos metros de la Puerta del Sol de Madrid, en el número 8 de la calle del Arenal, está la Casa Museo del Ratoncito Pérez. El popular y mágico animal, que lleva monedas y pequeños regalos a los menores cuando se les cae un diente de leche, nació en el Palacio Real, nada más y nada menos.
Fue a finales del siglo XIX cuando Alfonso XIII, huérfano de padre y muy consentido por su madre María Cristina, era un pequeño asustadizo. Cada vez que se le movía un diente, era un problema. La regente María Cristina encargó al padre Luis Coloma, jesuíta y novelista, que escribiera un cuento sobre el suceso para dotarlo de tintes fantásticos y para que fuera algo deseado.
Según se explica en el libro Madrid Oculto (La Librería. 2010), Coloma escribió un relato de poco más de una decena de páginas en torno al Rey Buby I, ya que María Cristina llamaba Buby a Alfonso XIII. En el cuento, tras perder Buby I su primer diente de leche, lo colocó debajo de la almohada, junto a una carta dirigida al Ratoncito Pérez, el ratón de los dientes. La historia narra cómo el niño y el ratón recolectan por la noche los dientes de los niños de Madrid, para llevarlos a la casita del roedor, que estaba en la pastelería Carlos Prast. Los ratoncitos vivían en una caja de galletitas Huntley, las preferidas del rey Alfonso XIII.
Además de la placa, en la calle del Arenal se ubica la tienda y el museo dedicado al famoso animal, que expone algunos objetos y se proponen juegos.
Existe un cuento francés del siglo XVIII escrito por la baronesa d’Aulnoy llamado La bonne Petite Souris (El Buen Ratoncito). Habla de un hada que se transforma en un ratón para ayudar a derrotar a un malvado rey, ocultándose bajo la almohada del mismo, tras lo cual se le caen todos los dientes. En la novela de Benito Pérez Galdós, La de Bringas, escrita en 1884 y ambientada en 1868, el autor compara a un personaje, Francisco Bringas, avaro y tacaño, con el ratoncito Pérez, así que el personaje ya debía ser popular antes de que el padre Coloma, en 1894.
El Ratoncito Pérez es un personaje universal: en los países de habla hispana es conocido como el Ratón de los Dientes o el Ratón Pérz y en algunos liugares tiene hasta nombre de pila, Odón. En Francia se le llama “Ratoncito” (la petite souris), en Italia se le conoce como “Topolino”, “Topino” (Ratoncito) o “Fatina” (Hadita) y en los países germanos es el “Hada de los dientes” (Tooth Fairy). En Catalunya el que recoge los dientes es “l’Angelet” (el Angelito), en Cantabria es “L´Esquilu de los dientis” (La Ardilla de los dientes) y en el País Vasco, sobre todo en Bizkaia, es “Maritxu teilatukoa” (Mari la del tejado) y que las estrellas no son otra cosa que los dientes que lleva Mari Teilatukoa al cielo. En bastantes lugares es tradición tirar los dientes de los niños a los tejados de las casas.